martes, diciembre 01, 2009
Zoléscuela
jueves, noviembre 19, 2009
martes, noviembre 17, 2009
I love you to(o)
Si alguna vez te dijera que tea mo, te lo diría de tantos sentidos como pudiera exprimirle a mis sentidos.
I love you to(o) amando amarte (amaándote)
I love you to(o) llorando llorarte (lloraándote)
I love you to(o) añorando añorarte (añoraándote)
I love you to(o) besando besarte (besaándote)
I love you to(o) hablando hablarte (hablaándote)
I love you to(o) callando callarme (callaándome)
I love you to(o) amaneciendo amanecerte (amaneciendo)
I love you to(o) calando calarte (calaándome)
I love you to(o) bailando bailarnos (bailaándonos)
I love you to(o) sintiendo sentirte (sintieéndonos)
I love you to(o) creyendo creernos (creyeéndonos)
I love you to(o) explorando exporarnos (exploraándote)
I love you to(o) sensasionando sensasionarte (sensasionaándonos)
I love you to(o) perdiendo perdernos (perdieéndonos)
I love you to(o) leyendo leerte (leyeéndote)
I love you to(o) escribiendo escribirte (escribieéndote)
I love you to(o) jugando jugarte (jugaándote)
I love you to(o) cantando cantarte (cantándonos)
I love you to(o) ilusionando ilusionarte (ilusionaándome)
I love you to(o) encantando encantándome (encantaándonos)
I love you to(o) ver viéndote llover (lloviéndonos)
If I love you to(o) yo ver llover mientras tu me ves llover y yo viendo que está lloviendo mientras yo te veo llover. Y cuando yo más te veo llover en el año (rar) tú me llamas y te ocupas antes de ver en dónde te puedo yo-ver.
sábado, julio 19, 2008
Tumbando las asperezas que se liman al andar
martes, junio 24, 2008
Siete Fragmentos de ¿Nada?
Y al pasar la noche me despierto con las primeras luces enloquecedoras del día que cegan mis ojos en el reflejo de tu cuerpo.
Eres tú la primera imagen que se forma en el entendimiento cuando me despierto.
Son tus ojos, almidonados con mis quereres, los que se me presentan con el llegar del nuevo día que transcurrirá, como todos, albergando en mi paciencia a tu ausencia, tan presente como los besos que te voy mandando en cada letra, en cada suspiro, y con las caricias de mis manos sobre tu piel, que a su vez se imagina a tus fuertes manos balanceándose sobre mis dedos.
Tus imágenes se van convirtiendo en vitaminas para la espera.
Tu recuerdo es el licor con el que me voy volviendo loco… y tus brazos son el albergue en el que se encuentran mi corazón y mi estómago.
Te renombro con cada palpitar y te observo, desde la lejanía cada que me repito la palabra vivir. Los días, estos tortuosos y mentirosos días, no se me reservan para mí ni un pedacito de gloria. Cada que me dispongo a discutir con mi impaciencia y mi inanición, me encuentro con la miserable desfachatez de una nueva mala nueva.
Enciendo entonces la vela de la esperanza, pero la esperma caliente se va confundiendo entre la inhóspita hierba que me convida a vivir, sin esperanza.
Sin esperar.
Retorno a las disquisiciones salúbricas sobre mi estado de condolencia y sólo encuentro la intolerancia de mi pensamiento incesante que, perdiendo, vuelve a centrarse en mi clara necesidad de verte, para seguir pensándote.
Tomo un café y vuelvo a caer en la certeza de tus ojos oscuramente claros, casi clarividentes. Destapo con sumisión y sigilo una cerveza y me recreo en una cinta de video que te proyecta en la pared de mis sueños, aun cuando yo no me aparezca en tu dormitar.
Me echo de más cuando te echo de menos.
Me desplazo por las letras sagradas y profanas de la muerte, y me siento como un grito paseándose por la ronca voz de la puerca vid de un juego de ajedrez.
Abro con delicadeza un sobre de azúcar para endulzar mi lengua que a veces parece enlodarse con la hiel de mi corazón sin ti.
Me endulzo cruelmente con la melancólica presencia de tu paciencia impaciente, sin carne roja en el trópico.
Prendo un cigarrillo con la clarividencia casi irrefutable de la muerte que acompaña ahora a ese poeta.
Retumban en mis oídos malsanos las voces minúsculas de dos niños casi blindados de la barbarie y cantando Sócrates mientras frías gotitas envainan su cuerpecito juguetón que parece no equilibrar las consecuencias y parece nadar por encima de la nada, empedrándose en el interior de nuevos fracasos risueños.
Y tú sigues a mi lado.
En cada almuerzo catastrófico, en cada nota desconocida de una vieja canción conocida.
Sigues en cada hielo que desaparece entre el amarillento morir de un whisky.
Sigues presente en cada estruendosa lata de cerveza y en cada penetrable invitación a un vino. Sigues presente en la sudadera de un colegio rural que no suda. Sigues presente en el maullar de un gato negro y en el escape de un perro manso.
Sigues tan presente en mi mente, como tu ausencia con licencia.
Si te despegas, me abandonaré a cada poro de tu cuerpo y a cada cáliz del misterio.
En medio de la cuerda locura -que no me cura- de tu ausencia.
lunes, abril 21, 2008
9 Fragmentos de Nada
Amo el ramo
y
fumo lo que esfumo.
Vendo lo que atiendo
y
bebo lo que pierdo.
Estoy con el hoy
y
me mando a tejer el ayer.
Amo la mañana
y
enmaraño todo lo extraño.
Encierro lo que entierro
y
termino mi camino.
Posa la roca
y
mueres con los quereres
de mi boca.
(Amenazas con el crudo misterio del olor del hambre)