domingo, marzo 27, 2005

Para Elisa III


LA BUMANGUESA MEMORIA MUSICAL

Y aquí estoy diseccionando mis tripas, retomando el licor de la vida que nunca tomé. Recordando los tiempos que ya nunca vendrán, ahogando penas en tristezas y locuras en ángeles, en un sólo ángel: el mío.

Se siente tan extraño estar en mi ciudad como un inquilino... como un inquilino del amor, como un inquilino del deseo, y sin nadie a quien desear. Volver, volver... recargar energía, buena energía. Sigo viviendo y sufriendo sin ser explícito... la mujer Beethoviana me mira, queda perpleja, como deseando que ese momento de volverme a ver nunca hubiese ocurrido... queriendo olvidar... pero yo no puedo: me veo tan sonso, me voe tan tonto.... jamás conoceré a una mujer... con esa diáfana mirada y esa piel.

No me escribirá jamás... no encontrará jamás en mi mirada el fuego del amor: así parece que lo quiso... pero desde el mismo momento en que llegué, desde ese primer instante, con un calor que me fastidiaba de manera inusual, con un pasto que parecía llorar mi ausencia... pero ya no había lágrimas. María es su nombre, pero el más bello es ELISA, la hermosa mujer que me robó el pensamiento desde hace un tiempo ya. Un tiempo en el que el calor era mi aliado, y su enemigo; un tiempo en que la pasión era el aliado, pero nuestro enemigo; un tiempo en que entrar a los horizontes, saludar al peculiar personaje de corbata siempre azul, tenía como único objetivo reparar mi corazón de los golpes de la naturaleza humana. Un festival de embrollo, un reguero de frustraciones, una mirada que insinúa fastidio, miedo, rencor... una sonrisa que es ajena al cuerpo, un cuerpo que ya no es suyo. Sudo, sudo y el calor en este 502 se hace insoportable... las ansias de subir al 701 se hacen cada vez mayores... se hacen brillar sobre la flor, sobre toda la basura del corazón, sobre el engaño mal intencionado de la gente que busca hacer infeliz a los amantes de un simple CREO, no un credo.

Y ya no sé si crea, así eres tu, así soy yo: muy débil, llorando acá, frustrado de tenerte TAN CERCA, y a la vez tan distante. Alta flaca, algo exhuberante, exorbitante... su pelo, que cae cuidadosamente sobre sus hombros, permanece con la llama encendida de un amor que parece dejaste partir, dejaste ir... y lo hiciste llorar. Me has hecho llorar.

Quiero estar a tu lado, y brillar más allá de los extraños sentidos de la razón. Y volar. Volar hasta el mar juntos, mirando el resplandor de una luna un poco amarilla: como la de hoy.

TE AMO. Sin saber amar.
TE AMO. Con un amor que no estoy seguro de poseer.
ya ni sé qué cosa es amar... pero a veces se hace imprescindible decir esas dos palabras. Infortunadamente las he dicho varias veces... pero pocas veces con la sinceridad que me da la gana. Hoy quizá. Pero si de amar se trata amo a muchas personas, entre esas usted... o usted. O tú, y bien lo sabes que nadie nunca lo hará como yo... y nadie nunca me amará como vos... no lo creo... esa mierda sólo existe en el edén de la 40... y sin checha.

No sé si crea... pero creo que creo... Y CON ESO BASTA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lloro,
http://www.youtube.com/watch?v=j5_255sELhs