Recalcar los momentos de la vida en los que el recuerdo se apodera de mi existencia se me hace como un martirio chino y no un sable, que clava lo más profundo de mi naturaleza cerebral. Amar suele condenar en los momentos de crisis, cuando la soledad agobia y el ternero de la vida es degollado. Amar se hace inmenso cuando con un beso desciframos lo infinito del universo, y lo más terrible se vuelve enseguida un elixir de pasión y belleza eterna. Amar es como estar en una cárcel en donde las puertas están cerradas y no recuerdo bien el momento en el que con mi mente me tragué la llave, ni de mandala ni se quebró. Amar tan perdiamente a alguien, que hasta parece que llegáramos al borde de la locura en la inmensa oscuridad del obscuro hueco negro en donde no se ve nada. No se ve nada y por eso no puedo dar más caracterísitcas... Amar, amigo mío, es como llenar la copa del mejor vino de nuestro corazón, para olvidar nuestra razón en momentos de crisis... y traer nuestra mente a la calma en donde seguro vamos a existir de manera feliz y con quien amamos a nuestro lado.
Amar, querido amigo, es algo tan grande que casi siempre morimos sin probar de esas mieles. La soledad en cambio, tiene nombre y recalca el misterio de lo Divino en momentos de depresión. La soledad lleva a la desesperación y nos hace delirar. La soledad y el amar se me hacen tan parecidos... tantas cosas de verdad... tantas sensaciones. Diría Freud que son el eros y el tanatos... o bueno, eso lo digo yo retomando al doctor Sigmund. Esos lados negativos y positivos dentro de nuestro ser... los que cohabitan... los que hacen que de una misma nación salgan personajes tan fantásticos como Einstein... Marx, Hobsbawm o Beckenbauer, y a la vez, esa misma nación haya matado yo no se cuánta cantidad de judíos... con un miserable llamado Álvar Hitler... perdón, quise decir Adolf. Esos son nuestros demonios.. son lo que nos llenan de mierda y de gloria... los que nos entierran y nos resucitan, los que hacen trizas nuestra razón. Abre el fin de la razón. Amor y soledad... que nos esperan siempre con más... porque a nosotros sí se nos acaban los seres queridos... a ellos no se les acaban nuestras sorpresas.
La belleza del amar está intríseca en la soledad... pues sólo cuando estamos en soledad apreciamos verdaderamente el amar y estar a su lado. Sólo cuando probamos de las mieles del desencanto de nuestra elegida para amar, sus engaños, traiciones y torturas... es que añoramos su presencia para conocer o re-conocer sus manos, sus labios o su cuerpo. O simplemente las risas que soltaban ante un mal chiste siempre dispuesta a un Ñe. Cuando estamos solos y hemos buscado por todos los lugares del universo mental la mujer con la que queremos estar y amar, es que precisamente amamos. La belleza del amar, es como el vino... y cada vez que se acerca el final de la caja, queremos más... pero nos lo tomamos con ansias. Ansias que son apenas alucinaciones de una luna que nos remite a tiempos de gloria y no a tumbas... unas ansias increíbles por volar y re-descubrir los a-tarde-ceres que llegan a nuestros ojos.. para luego, con lápiz en mano, redactar lo que muy elegante, desordenada y ferozmente nuestro amor dicta. Y recitar los más hermosos poemas sin temor a ser inferior a Neruda... y redactar los más inversamente proporcionales cuentos, sin querer imitar a Cortázar... y cantar lás más grandes canciones... sin temor a que a John no le guste la letra... o a Paul la música... y vivir con la más hambrienta sed.. sin temor a que uno mismo se opaque ante las adversidades.
Se que iba a decir algo mucho más hermoso, querido hermano árabe-colmbo-venezolano, pero no sé por qué, el corazón me frenó. Hace unos instantes recibí una llamada que me recordó de nuevo mi más terrible pecado: amar el Cielo. Ahí, fue justo el momento en que quise de nuevo escribir... y bueno, me frenó el corazón, porque apenas está fabricando nuevas lágrimas, ya que la colección de 1987, inaugurada el 29 de mayo de ese año, ya se acabaron, mayoritariamente en el año en curso. Presidir la gestión administrativa de las lágrimas, no es tarea sencilla, ya que los estados del alma no tienen ni horario... ni palabras ni lápices para escribir una carta y pedir permiso. Más en un sistema socialista como el mío, en donde cada que alguien quiera llorar... tiene su ración de lágrimas estipulada, y para eso está el Estado, o bueno... el cuerpo. Yo se que a veces no concuerdo mucho... pero imagínese toda la vida estando cuerdos... no. No quiero convertirme en un Tomás... y ya no sé qué hacer, porque de repente de este viaje ya no sé si tomar el rumbo de lo leve... quizás la estricta disciplina de lo pesado. Ahí está el amar... en lo pesado... y ahí está la soledad.
Cuando despierte mañana, y revise su vida, se dará cuenta que ya no recuerda la primera vez que quiso amarse a sí mismo para encontrar una persona y compartir ese amor. Amigo mío, amar y sufrir... la eterna soledad que hoy abriga mi madrugada o mi anochecer. La luna escapándose hoy del saco en que la tiene presa el sol... salió a las tres de la tarde. Me hizo recordar cuando era chico, y jugaba fútbol en ese colegio elitsita, al lado de los dueños del país... miraba la luna al hacer un gol... preguntaba la hora y de repente me daba cuenta que apenas eran las 3:13 en el reloj Casio de Sampercito, el hijo de nuestro ilustrísimo es-presidente. Dejémonos de maricadas y pongámonos en la tarea de escribir los mensajes apropiados para ese universo loco que es amar.
jueves, junio 16, 2005
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8 comentarios:
ahora que lo publico, son las 11:10... ya son las 11:11.
Mierda... mierda pura.
Que hay de nuestra soledad, la que siempre ha estado ahí, a veces fría, a veces encantadora... siempre divina que como buena mujer siempre hace sufrir. Sí, es mujer porque es hermosa como la del óleo, pero ama como hombre, ama como Toño.
Es preciosa y tiene ojos ámbar violeta que cambian de color, tiene un vestido y tu amor, tiene un alacrán (o una resaca) tiene unos manos que siempre acarician, tiene unos labios que siempre besan y tiene unos brazos de sol que siempre abrazan… que siempre me abrazan.
Siempre esta aquí, en el centro del corazón como en la noche triste en que me senté en la ventana escuchando “alguien en el mundo piensa en mi” (aunque a lo mejor nadie lo hacia), espantando el frío de las tres de la mañana con un tinto y con un buzo negro con rojo que aun huele a ti, huele a tu cigarrillo interminable.
Yo lo leo siempre, y lo pienso mucho, como esa noche que no había luna pero había Toño en el aire
Insisto en que el amor es tan grande que no puede estar de moda aun que todos estén empeñados en quererse “amar”. Pero hay quienes aman aunque no este de moda como usted hermoso
no deje de escribir, me gusta sentirlo cerca.
Alejandría Gómez Sánchez
Muy hermoso ese comentario. Yo extrañaría mucho que Toño escriba, así como extraño que escriba Valentina....
Toño, no me creo capaz de escribir algo tan hermoso como lo de arriba; de verdad, es muy difícil superar la honestidad con la que le plasmaron en el corazón unos cuantos sentimientos. No se vaya.
Juan Pa
No vaya a dejar de escribir!!, porrrrrrrrr favorrrrrrrrrrrrrrrrrrrr....
Hoy en mi mail habían 170 mensajes. Sí yo viviera en la cuadra 0 de Bogotá usted me llevaría 170 cuadraas de ventaja o de desventaja, no lo sé.
Ahora, usted me lleva kilometros de lejanía....sé que está lejos al igual que Andrea y que Pablo y que Charly y que Fito y que Lennon y que Paul; espero que escriba...por allá en su tierra santandereana.
incoherencias?? siempre .. talvez en ud se notan un poco mas porque ud se nota mucho... ud es d esos que no se van... pero yo al contrario del resto que le ha escrito le digo.... no se quede solo en escribir .. empiece a hacer porque el cielo esta arriba no en un papel.......
Antonio no escribe!. Me lo imagino ahora, en su casa, sin internet, o qizá ya llegó el internet pero el no se acerca al computador. Ese internet es esa forma tan horrible y tan absurda de comunicarse con todos. Ahora sólo falta que exista un servicio secreto de internet y me quiera quitar a mi el internet por denigrar de él...En fin...
Espero que Antonio escriba.
Say No More
La soledad siempre vive junto a nosotros y simpre vivira. Nacimos solos y moriremos solos. Pero es esa soledad la que nos deja pensar y reflexionar acerca de todo y poder ver nuestros errores, malos errores uqe aveces no podemos borrar. Lastima...
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