Anoche soñé con ella. Era un sueño muy kafkiano, por aquello de la metamorfosis, pero sin embargo me trasladaba a épocas de los hermanos Grimm y hasta de Perrault.
Descubría mis manos y mis patas, lentamente el atardecer se tornaba café, claramente oscuro, el horizonte dibujaba su rostro y todo su entorno. De repente, como sui estuviera soñando (qué confusión más chica!) el cielo se teñía de de sangre… una sangre malévola en forma de “S”. Bien podría ser S de Say… no more; pero parecía más una S de Soledad, mi eterno amor. Todos los ángeles empezaron a martillar sobre hierro en mi pleno atardecer de chocolate, ese atardecer que dejaba ver su rostro en el horizonte.
Entonces sigo sin entender si la idea de estar vivo vale realmente la pena, pero no es problema si la puedo contemplar a ella.
Curiosamente me la dibujaba el cielo, pero me conformaré con decir que son asuntos freudianos que poco o nada quiero esclarecer, porque se acerca la noche con el rostro de su mirada penetrante abrigando el elixir de mis sueños.
Por lo pronto, debo decir, que espero algún día soñar con su boca… su boca tiernamente abalanzada sobre mi vida, en un ocaso de chocolate.
“ya anocheció y cerca de aquí tengo las pruebas” FP
Toño, 02-03-06
2 comentarios:
Necesito chocolate y un poco de violeta. Necesito una curita y una esperanza. No quiero seguir acá y lo llamo, pero a susurros. Lo leo, lo quiero, lo necesito hermoso!!
lo extraño, extraño que me escuche, que cantemos, extraño mi libre locura.. lo extraño, extraño lo que no vuelve mas.
voy a cerrar todas mis puertas, voy a dejar que mi sonrisa se vuelva polvo sobre recuerdos que matan de tanto llorar.
fuerza divino.
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