Yo soy yo... yo soy vos. Vivo en una casa perdida.
Miedo.
Miedo.
Miedo.
Miedo.
Prende un cigarrillo que nos vamos, sin cigarrillo no hay boleta, qué boleta. Todos sabemos conversar y nadie quiere escuchar. De repente el miedo se acerca y entristece los ojos de quien lo escucha... maldito miedo, mal consejero con besos y un polvo de dios pero no divino ni Divino. Se acerca el fin, tal vez de la vida de él, de aquel ser enamoradizo que vibra con un nirvana o con una mujer arcoiris... o con el Cielo.
"MIEDO, a que el presente tome vuelo.
MIEDO, a despertarme y ver que te has ido.
MIEDO, a no amar demasiado.
MIEDO, a vivir demasiado tiempo."
Vine aquí a una misión y quiero curar pero a mis manos sólo les toca amar, y en el mar del caribe los sueños son eternos cuando queremos que lo sean.
Ella, que camina lánguidamente, como cansada de vivir y de soñar. Como queriendo morir, pero no necesariamente hoy. Su nombre es FALLACI.
Yo me la encuentro, drogada por el sensual viento de la noche fría y absurdamente bogotana... la invito a sentarse, en el parque, porque no encuentro mejor lugar para charlar con ella. Está radiante como queriéndome insinuar que todo es singularmente preciso y precioso: y me abraza. Me abraza porque sabe que le hace bien a su alma. A mi me gusta su amiga, María, y necesariamente quisiera conocerla, aunque se que no sabría explotar lo que mis ojos ven en ella. De repente, como todo en mi vida, ella, la lejana y triste Fallaci acepta mi invitación y toma suelo, para sentarse y charlar. Nos reímos y yo acepto su invitación a irradiar. Hablamos de cosas que a veces carecen de importancia como una canción, como INSTANT... áneas de la calle. Los árboles nos quieren abrazar y todos queremos vibrar. Quisiera probar del elixir de su boca y me encuentro ante la fascinación de sus labios que no hacen otra cosa que nombrar la belleza de mis ojos. Sus amigos, estudiantes de una a-lejana Historia, se paran. Empiezan a despedirse de ella, llamándola de algún modo. Y ahí está María. Ella es como quien siempre la acompaña y me observa con detenimiento mientras yo quiero volver a mirarla e invitarla a volar. Dice mi nombre, y se va, junto con todos. Quedamos Fallaci y yo, al borde de la nada, de la noche y del murmullo angelical de la brisa que no acomoda cenizas y que alborota el olor a heno.
Nos retiramos del parque, para seguir conversando ante la necesidad abrumadora de tomarme una cerveza y disfrutar de la escasa compañía de esta lejana Fallaci. Adentro, en un bar que nos recibe con música de agrado y agravio y por momentos se deja escapar estamos de nuevo los dos. Como dos viejos amantes después del amor. Le digo con mi canto,que solamente el tiempo no nos esperó y luego con mi mirada le comento que el amor que profesábamos nos salvaría, se esfumó... que ya nada será igual para volver a sentir amor entre los dos.
Que ahora, tendríamos que esperar el tiempo que nunca nos esperó a nosotros.
3 comentarios:
QUE BUEN RECUENTO DEL 30 DE MAYO... COMO SIEMPRE UN MUY ESCRITO...ESE FALLACI SUENA A UN FALLO IMPERDONABLE... ALEJANDRA NO LLEGO SE LIMITO A ESPERAR Y POR ESO AHORA ESTA SEGURA QUE EL AMOR QUE PROFESABAMOS JAMAS LOS IBA A SALVAR... MENOS AHORA CUANDO TODO SE ESFUMA CON EL WAITING IN VAIN... YA NO HABRA UN GARDEL QUE CANTE "LAS ESTRELLAS CELOSAS NOS MIRARAN PASAR"... AHORA ESTOY SEGURA QUE ERES LA CHICA QUE CHARLY SIEMPRE VA A EXTRAÑAR EN CURITAS... "LA CHICA QUE ESPERABA ERA INFINITA"... EL TIEMPO NOS AYUDA A OLVIDAR, A MATAR O A AMAR... SAY NO MORE
Usted influyó en esta vomitadera
Lo amo padre
Cuando estés mal, cuando estes solo... no te olvides de mi porque se que te puedo estimular...
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