sábado, agosto 26, 2006

CASSANDRA UNIVERSO

o de la mujer que tenía un universo en el rostro.

Tiene la facultad de tener el cielo en la cara. Tiene la bella facultad de cargar con la luna en una oreja, un planeta verde en la otra y por sonrisa lleva el sol. Puede que cada ojo sea una estrella… pero no sé. Lo que puedo asegurar es que sus ojos me llevan allá, a las estrellas que me estrellan, son un firmamento estrellado. Me calienta, cual si estuviera al lado de esos dos astros que parecen mil.

Pero su voz… es su voz lo que cautiva. Tal vez estaba enferma, no lo sé. Tal vez hable así para siempre y me meta en un gran lío yo por el sólo hecho de escucharla detenidamente: ENAMORARME DE SU VOZ. No creo que me enamore de ella, aunque a priori cumpla con todo lo necesario para que yo caiga en esa trampa mortal que es el amor. Pero mirá, que tengo el amor fuera de mi. Está en el Cielo.

Cassandra, es por ello que no te podría amar a vos, pero sí a tu voz.

Es por ello que la naturalidad inmensa (más no mensa) con la que te canto no nace de mí. Nace de vos y sólo tal vez de tu voz. Nace de la reciprocidad de una fascinación por algún buen argentino que parece dios y que parece nunca morirse.

Sentarme entonces desde un altillo a observar la tediosa carrera séptima, se convierte en una oda a dedicarte, con motivo de mis pensamientos. Son anhelos. Son anhelos de volverme a encontrar con vos, con tu voz. Vos que sos una de esas mujeres de las muchas que logran cautivar mi admiración, pero de esas pocas que logran cautivar este corazón. Y mirar los carros que gritan y las llantas de las ambulancias que se queman, termina siendo un placer cuando a lo que apunta es a la anulación de un pedazo de corazón. Mirar y mirar la ciudad en su esquema más agobiante, y seguir viviendo a pesar de la ausencia de un motivo claro y sincero; se hace una cosa de locos. Se hace frustrante tener que observarte teniéndote a unos metros sin que vos me podás ver. Seguir pensándote sin saber tan sólo si te acuerdas de mí.

Y su boca me tocó… me tocó sentir se boca como una ráfaga de luz sincera y oprimida ante la rapidez de los momentos y ante la inclemente no-espera del tiempo. Pero así y todo me tocó. Me tocó el rostro, que obnubilado ante su inagotable belleza Divina sólo supo sonreír, con esta sonrisa malamente iluminada, pero que mi adorado hermano Antonio Garbi tanto aprecia y degusta.

Piel, que envenena con el elixir de la vida… y cuerpo que se convierte en piedra filosofal aunque aún sigo buscando a los siete locos mientras ella sigue y sigue bailando alderredor, aunque siempre seamos pocos los que aún la podamos ver.

Uh, dos y ah. Esas fueron los primeros remedos de palabras que te musité desde la verdadera razón de mi corazón... y aunque no sean mías, bendigo al cielo que se ha podido deleitar con tu desnudez de frío… y me vanaglorio de haber disfrutado de tu hermosura como ayer. Sólo espero que seas tan exacta como dos y dos son tres y además que llegues a mí y yo apenas te pueda ver.
BAILA Y BAILA, CASSANDRA!

CÁNFORALEKOS 15-viii-2004+2

2 comentarios:

Santiago Jiménez Ramírez dijo...

Hello, hello. Is there any body in there?

Anónimo dijo...

il(elle) désirait te prendre dans les bras et pouvoir te remettre entre un et mille un tango quelques fourmis et un bracelet ... le bracelet j'elle reste ... je crois qu'aujourd'hui il n'était pas tout et précis et précieux ... peut-être ... après ... au milieu des pleurs d'une ambulance et une cigarette remettez-la-toi ... quand il(elle) pourra te voir