lunes, agosto 20, 2007

20 Fragmentos de Nada

¿Puede acaso el autor en el ocaso
Vislumbrar la instantaneidad
Del momento en que su cuerpo
Se apresta a cantar?

Es el sabor del tabaco
El eterno placer de lo rutinario
Como el vicioso que no apaga
Y termina encendiendo mucho más
Que un cigarro.

Son sonetos de claridad
A los que mis ojos asisten
Al lado de la tormentosa ilusión
Con que mis manos esgrimen.

Y con tan sólo pensarlo
Los ángeles me abandonan
Las musas son como medusas
Y la inspiración, carece de presencia.

Es la nocturna y matutina
Manera de desembarcar
Con los dolores humanos
Y los tedios de los dioses

Es la sombra del camino
Es la oscuridad de mi pasión
La razón de mi desvelo
Y la luz andante
De mi ociosa premura

Es el ingenio de un platillo
La locura de la realidad
La ficción de una pluma
La incesante búsqueda de la verdad.

Somos nosotros dos
Tu y yo unidos por
Toda mi eternidad
Amándonos
Odiándonos
Tergiversándonos
Asistiéndonos
Venerándonos
Temiéndonos
Y tú, bella y ausente-presente
Oscilante y rutilante Muerte,
Siempre ganas
La batalla.


PUM!


(Estoy perdiendo el calor, me voy muriendo y no sé por qué... no pensés en eso, yo estoy bien) C.G.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que esto es de las peores cosas que he escrito. Y eso ya es mucho. No sé en realidad por qué lo publico. Me cagaré en todo.

Tal vez.

Me cago en la duda, en el amor, en la vida y en la Muerte. Miserable Muerte.