lunes, agosto 13, 2007

21 Fragmentos de Nada

Cadáver

Caminando por la lluvia
descalzos con músicas de muerte
con arenas espantosas
con balas que nos esperan
sin comida en el estómago
sin candela entre los dedos
con aromas cálidos
con climas helados
con muerte bien-venida
con amor desesperado
con sexos atafagados
con cadenas que no irrumpen.

Tú y yo
.................caminando
............................sin temor
..................................a la muerte
con amor por la avenida
con antivalor en las venas
sin guitarras por el frío puente.
Amándonos
como testigos de los 50
vibrando con los sueños del 17
sin temor a muerte y
muriéndonos
con la mano diestra
sangrando
y nuestro amor
desgarrando.

Los dos al lado
de nuestro conjunto camino.

Los dos al lado
de nuestro abismo
esperando la tormenta
que acaba la vida con dos balas.

Uno tras otro
se van muriendo
cada uno de nuestros destinos
para encontrar
nuestro destino final:
la muerte cobarde y mujer y egoísta
de la manos juntos
caminando
cayendo yo
luego tú.

Nos mataron con hambre moribunda y amor inmanente.

PUM!
PUM!

7 comentarios:

Juan Pablo Angarita Bernal dijo...

Está lloviendo y está ahogada la angustia. Pero ya hay muerte en el Toño...anteojo de muerte, antemuerte de ojos, mira la muerte con ojos de verdad y de fusilamiento o de hambre o de desesperanza.

Es un gran poema, y a mí me gusta. Hay aire de cercanía a lo conclusivo. Hay miradas hacia la no-libertad.
Qué gran texto. Todas su putas imágenes son recuerdos... Todas sus putas imágenes son tan bien logradas. Todas sus putas imágenes miran en la misma dirección fatal.


Pero estamos en un mar doloroso. Nos hundimos y salimos, nos hundimos y nos llenamos de agua los pulmones, luego de aire, luego de humo, luego de verdad, luego de lágrimas y luego otra vez de agua, agua que quema la garganta y que no sirve más que para dar la señal fugaz, que quema también, de que estamos aquí, en este mar, y ahí estamos, y ahí estamos, y ahí estaremos, y ahí, y así.

Juan Pablo Angarita Bernal dijo...

Y así, miramos las tristes embarcaciones mentirosas que se mueven onduladas pero que no se mueven a ninguna parte y se semejan a los faros. Fa.

Pregunteros dijo...

Tal vez nos recordemos algún día de lo felices que éramos. Tal vez el dolor sea predestinación y no agonía. Tal vez mis lágrimas sean verdaderas joyas que están en vía de extinción. Tal vez en cuanto hagamos, tendremos la luz ceremonial de los mares que desesperan y alcanzan la motivación de las auroras y la belleza de un anochecer tan bello como los ojos de cualquiera de las bailadoras de tango, de vino y de amapola. Sólo sabemos lo que nunca encontramos y encontramos lo que no sabíamos que podíamos encontrar, para darnos cuenta que somos unos asquerosos cobardes y que no es que la alegría nos huya o la felicidad sea esquiva, es que somos amantes del dolor, de la pena y de las luces celestes que se avivan en el recuerdo de cuando aún podemos ser pequeños, libres, así sea en un pedazo de línea.

Ella hace que todos podamos
e s t a r b i e n.

Amo todo cuanto no tengo y me aburren las alturas cuando arriba vuelo, arriba de Bogotá, costeando el cielo, llorando mis ausencias, atravesando mis cenizas, alabando las bellezas de los labios rojos y volando, como se vuela cuando se escucha, como se vuela cuando se ama, como se vuela cuando el mejor sexo del mundo es una realidad y el amor y el deseo se unen en una función sin antídoto, sin certeza y sin eternidad.

Sólo fugaces momentos son capaces de alimentar los besos que se nos escapan debajo de la sábana, cerca de la sabana, atornillando momentos, adulando sueños y entorpeciendo la capacidad humana de razonar.

Sólo cuando amamos, llega la sabiduría, cuando ya no nos sirve, cuando no la queremos. No sólo al estar viejo, como dice Fito, sólo cada que amamos, nos volvemos unos estúpidos y la razón, no alcanza lo que la dicha nunca dijo.

Estamos acabando con las deidades, estamos opacando los dolores, estamos nadando en los mejores mares que se pueden avisorar. Estamos al borde de ganarnos ocho millones de palabras, y más de cien mentiras, que valen la pena.

Como dicen.

Yo no le pido una mano, le pido todo lo poco o mucho que usted me quiera dar. Me pido volver a nacer, me pido dejar de llorar, me pido alejar la soledad y me pido descubrir la edad del sol, del Cielo y de todas cuantas quieran saber, cómo se hace para sentir que uno se muere, cuando ese Martini que ella pidió, no fue más que para alargar el tedio que yo le producía. Mientras mi whisky se une, haciendo el amor, con el hielo, y me pido una botella, para saber, "a qué sabe su olvido".

No me cansaré de penar ni tampoco de pensar. Quiero que me hagan dejar de penar y de pensar, pero no puedo parar de pensar en quién me puede hacer dejar de penar. Seguramente no existe tal persona, pero sólo espero que esté dispuesta (pues la prefiero mujer) a darme todos los besos que yo no quiera y amanecer conmigo cada mañana que sea necesario y andar por los montes que nunca he andado, y visitar los lugares más oscuros de mi deseo, de mi corazón y de mi mente. Le juro unos instantes de felicidad a esa persona, luego ya vendrá el tiempo de volver a penar.

Anónimo dijo...

Hace mucho tiempo que no me dedicaba a leer... a leerlo... hace mucho tiempo que perdi la noción de como era que habia que abordar un texto suyo... bien lo dice Juan... Buen Poema... Buenas imagenes... muy buenas historias... no se imagina cuanto me gusta que hable del Tango... no todos lo podemos hacer con la misma capacidad y usted con respecto a ello impacta... me impacta... muy bien dicen por ahi... puede contar conmigo... asi le importe un pito o no... pero pues ahi estare... bailadoras de tango... ojos... rojos... labios... Fito... llorar... dolor... amantes... despues de que?... del amor?... viejos quizas... casualmente estaba leyendo otro texto y recorde su Angustiosa memoria y opte por buscarla... el pecho se me sumio... y al saber que el Tango tiene mas de 100 palabras solo puedo decirle que "en el mundo habra un lugar para cada despertar"... Un Abrazo

Santiago Jiménez Ramírez dijo...

Viva, que hace rato no lo abrazo.

Anónimo dijo...

"Dos horas después del amanecer"

Juan Pablo Angarita Bernal dijo...

Pero nunca nunca fuimos felices alguna vez. Nada que decir, nada que escribir en un papel en blanco, y mi soledad como una daga, que de tanta soledad se volvió gloria (se volcó en gloria). Si, concuerdo, tal vez a algunos les tocó el dolor como predestinación...pero está la agonía (eso que aprendimos en el colegio o en la calle, con las mujeres o con los amigos,con los padres o con la muerte). Y precisamente si somos des-graciados nuestras lágrimas valen oro, las mías también valen, las suyas son de soledad, las mias también.

Esa libertad prudencica que hace que todos podamos estar bien es tan solo un estado pasajero que se recuerda y no es agónico. El problema con la agonía es que siempre va a estar y siempre va a traer dolor y siempre va a traer lágrimas, no entiendo porque la predestincación las trae si sólo somos gotas de agua en el mar ese absurdo.

Usted es tan! cierto. Y ciertamente esa persona si existe. Y no se llama sabiduría, y no llega cuando se es viejo nada más...como Fito.