lunes, septiembre 10, 2007

19 Fragmentos de Nada

Acabar con lo poco que no queda.

Venciendo consignas se hace posible desenredar la red. La ideología debe ser puesta en lugares inhóspitos y la mentira de la moralidad, debe ponerse a merced de la mortalidad.

De cambios sociales y amores posibles, debe liberarse -librearse- el cuerpo humano, para dar cabida a la asistencia del funeral del alma. Desde lo inmanente debe enarbolarse el modo preciso de materialidades conversas y de inmaterialidades certeras. Sólo desde el placer del existir y de la muerte se puede elaborar acerca de la depresión, de la pérdida de tensiones inocuas que enaltecen las virtudes del alma.

Desde el momento exacto de las medicinas mentales y los equilibrios desordenados, los cantos a la gloria mortífera de la vida, deben ser devorados por las pasiones, por la posibilidad de lo imposible como creación del silbido enamorado del dolor. Además de ser un camino, el dolor es el rutilante catalizador del amor; y la indiferencia sutil y venidera de lo inadmisible e inasequible, es el centro del enamoramiento y del romance cobarde de los juegos del morir.

Como inefable e inentendible debe ser desmitificada la duda de un dios o de nuestra presencia inmaterial más allá de la trascendencia, el amor, la literatura, la filosofía, los hijos o la muerte. Y es como un juego que quema el terror de lo Divino y la inmisericorde, cretina y tristísima idea de la representación de la vida después de la individualidad y aún desde lo colectivo.

“Para quejarme tendría que estar muerto”1, pero dentro de la queja y los reclamos, debe inmiscuirse, colarse, atreverse y entrometerse la mentira: desde lo ilustre y lo satánico de la falsedad.

La eternidad y su descanso, deben apartarse de la idea de lo falsario, de la mentira (y aún también de lo ideal, en términos de la idea, mas no de lo utópico o deseado) adentrándose más bien en las realidades y estupideces de lo absoluto, de lo perenne, de lo verdadero. La eternidad en todas sus formas (resurrección, transmigración de las almas, reencarnación, corrupción, limbo, poder, infierno, seguridad, purgatorio, paraíso o acaso nirvana; entre otras tantas formas de eternidad) debe quedar parcial y mortalmente abolida dentro de los mecanismos confusos y confundidos de la mentira. Aún dentro de la idea del eterno retorno, no puede haber cabida para la mentira o viceversa.

Por tanto, verdades como el matrimonio o el compromiso filosófico, cultural, literario, abstemio o amoroso; deben quedar para nunca desterrados del entendimiento: la inefabilidad, el misterio, la ininteligibilidad, y en sí y en no, de toda representación de la mentira, desterrados totalmente.

Lo engañoso, pues, debe quedar del lado de lo absoluto, de la verdad, para salvar a la verdadera e irreal Verdad. Salvarla de tanta mentira, de tanto engaño, de tanta falsedad.

Es simplemente un cambio de valores dentro del pensamiento.

Vivamos la Verdad mediante los mecanismos del misterio, de la Mentira, de lo inexacto. Afuera lo absoluto, que sólo conduce a engaños y falsedades.

Coexiste tal verdad absoluta, es sencillo: hay que mentirle a todo eso, en defensa de las verdades.
1. Gonzalo Arango; Prosas para leer en la silla eléctrica


¿Demasiado confuso? Preguntas, quejas y reclamos, pueden hacerlas como quieran: con membrete o sin membrete, en vivo o en diferido y en Todo o en Nada (que no es lo mismo, pero es igual).

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar y las poesías más selectas.

Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las uñas y dientes y le completo el peso.

No sirve
esa manera de sentir. Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
déjeme como un hueco, o una estaca.

Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy.scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre nomás, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,

puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura" Julio Cortázar

Como siempre un abrazo...